Header Logo Recover

Listo para la lluvia depues de incendios de forestales de Walbridge / Meyers

In English »

Listo para la lluvia para propiedades afectadas por el incendio de Walbridge / Meyers

Los incendios forestales pueden dejar áreas quemadas con poca o ninguna vegetación y una capacidad reducida para absorber el agua de lluvia. Esto puede resultar en un aumento de la escorrentía de agua de lluvia y un riesgo significativamente mayor de inundaciones y escombros o corrientes de lodo.

Obtenga más información para asegurarse de que su propiedad esté lista para la lluvia:

Mayor riesgo de inundaciones

Un análisis producido por varias agencias del daño causado por los incendios Walbridge y Meyers halló que las propiedades ubicadas dentro de las áreas quemadas aún pueden correr el riesgo de tener inundaciones repentinas, corrientes de lodo y corrientes de escombros.


Preguntas frecuentes

Busca las preguntas frecuentes

La lluvia hará que las cenizas tóxicas entren en los cursos de agua locales, lo que puede ser dañino para los peces y otros animales salvajes. Puede ayudar colocando barbas de paja, fardos de heno y mantillo alrededor de las áreas quemadas de su propiedad para reducir la entrada de cenizas y otros materiales en los arroyos locales.

Los peces y otros animales salvajes pueden verse afectados negativamente por las cenizas tóxicas que ingresan a los cursos de agua. Puede ayudar colocando barbas de paja, fardos de heno y mantillo alrededor de las áreas quemadas de su propiedad para reducir la entrada de cenizas y otros materiales en los arroyos locales.

Las ceniza de fuego contiene partículas microscópicas (polvo, suciedad, hollín) que se pueden depositar en superficies interiores y exteriores y también se pueden inhalar si la ceniza se transporta por el aire. A menos que se hagan pruebas, la ceniza no está clasificada como un residuo peligroso, sin embargo, puede contener trazas de productos químicos peligrosos como metales (plomo, cadmio, níquel y arsénico), asbesto(de casas antiguas u otros edificios), perfluoro químicos (de la degradación de utensilios de cocina antiadherentes), retardadores de llama y materiales cáusticos.  Por estas razones, es aconsejable tener cuidado y evitar cualquier exposición innecesaria a las cenizas.

La ceniza de fuego puede irritar la piel, la nariz y la garganta, y puede causar tos y/o hemorragia nasal. Las partículas finas se pueden inhalar profundamente en los pulmones y pueden agravar el asma y dificultar la respiración. Si la ceniza contiene asbesto, níquel, arsénico o cadmio, la exposición es una preocupación porque estas sustancias pueden causar cáncer. Debido a que las sustancias en la ceniza varían, siempre es mejor tener cuidado.

Después de un incendio, el material transportado por el viento, como la ceniza y el suelo de los potreros con una cobertura de suelo inadecuada, puede ir a dar en los arroyos. Una vez en el agua, los materiales orgánicos proporcionan alimento ideal para bacterias y algas. Estos organismos crecen rápidamente usando todo el oxígeno libre en el agua (se vuelve anaeróbico) y resulta en putrefacción. Los síntomas son agua oscura, mal olor y espuma negra alrededor del borde del agua. Los caballos y otros animales encuentran el agua desagradable. La espuma espesa alrededor del borde del agua también puede evitar que los animales accedan al agua. Se cree que el agua no es venenosa para el ganado, pero puede ser dañina para animales jóvenes o débiles.