Los gobiernos locales y las agencias de seguridad pública comparten de manera proactiva información crítica de salud y seguridad una vez que ha sido verificada. Este proceso asegura que los residentes reciban información precisa lo más pronto posible. Las fuentes no oficiales pueden reunir información de muchas fuentes no verificadas y reportar rumores que pueden ser confusos en el mejor de los casos y peligrosos en el peor de los casos.